Hace un tiempo fui invitado por la organización de la juventud para cerrar un ciclo de conferencias, de actos con que la juventud daba señales visibles digamos de vida en el marco de la acción política del ministerio.
Me interesaba hablar con ustedes, expresarles algunos puntos de vista, porque muchas veces he tenido una actitud crítica frente a la Juventud , no como juventud, sino como organización, y esa actitud crítica no se ha visto respaldada en general por la proposición de soluciones prácticas; es decir, que ha sido un poco la tarea del franco-tirador, tarea que no concuerda con otra serie de deberes que tengo incluso como miembro de la dirección, del secretariado del Partido, etcétera. Había algunos problemas de concepto de lo que debe ser una organización juvenil, con los cuales nunca hemos estado totalmente de acuerdo. Y siempre hemos encontrado en la Juventud como organización un aspecto mecanicista que en nuestro concepto es lo que le impedía ser la verdadera vanguardia.
Después, naturalmente, todos estos problemas han venido discutiéndose durante mucho tiempo. La Juventud incluso nació bajo nuestra jefatura directa, en su primer embrión, cuando se organizaron los Jóvenes Rebeldes, dependientes del Departamento de Instrucción del Ejército. Después se separó, adquiriendo una característica política propia.
Habíamos tenido una actitud crítica de la Juventud , y esa actitud no había estado siempre unida a la proposición de un sistema de trabajo concreto.
[…] la insistencia que continuamente les he hecho, es para que no dejen de ser jóvenes, no se transformen en viejos teóricos, o teorizantes, conserven la frescura de la juventud, el entusiasmo de la juventud. Sean capaces de recibir las grandes consignas del Gobierno, transformarlas internamente, y convertirse en motores impulsores de todo el movimiento de masa, marchando a la vanguardia. Para eso hay que saber seleccionar cuáles son los grandes aspectos sobre los cuales el Gobierno insiste, Gobierno que es representación del pueblo por un lado y es Partido al mismo tiempo por otro.
Por otra parte, hay que balancear, y jerarquizar. Estas son las tareas que debe cumplir la juventud. Ahora ustedes han hablado de la revolución técnica. Este es uno de los aspectos más importantes, de las tareas más concretas, más adaptadas a la mentalidad de la juventud. Pero la revolución técnica no puede irse sola, porque revolución técnica está sucediendo en el mundo [...]
En los Estados Unidos hay una revolución técnica, en Francia hay una tremenda revolución técnica, en Inglaterra, en la República Federal Alemana, y no tienen nada de países socialistas. Entonces, la revolución técnica debe tener un contenido de clase, un contenido socialista, y para eso se necesita que haya en la Juventud la transformación necesaria para que sea auténtico ese motor impulsor; es decir, se vayan liquidando todos los resabios de la vieja sociedad que ha muerto. No se puede pensar en la revolución técnica sin pensar al mismo tiempo en una actitud comunista ante el trabajo, y eso es sumamente importante. Si no hay actitud comunista frente al trabajo, no hablen de revolución técnica socialista.
Eso es simplemente el reflejo en Cuba de la revolución técnica que se está operando por los grandes cambios ocurridos a raíz de los últimos inventos y descubrimientos de la ciencia. Estas son cosas que no pueden estar separadas, y la actitud comunista ante el trabajo consiste en los cambios que van ocurriendo en la mente del individuo, cambios que necesariamente serán largos y que no se puede aspirar a que sean completos en un corto período, en los cuales el trabajo ha de ser lo que todavía es hoy, esa obligatoriedad compulsiva social, para transformarse en una necesidad social. Es decir, que la transformación, la revolución técnica, dará a cada uno la oportunidad de llegar aproximadamente a lo que más le interesa en la vida, en sus trabajos, investigaciones, estudios, de todo tipo.
Pero para eso hay que pasar todo un proceso largo, y ese proceso se va creando en hábitos adquiridos mediante el trabajo voluntario, por ejemplo. [...] Ahora, lo importante es que una parte de la vida del individuo que se entrega a la sociedad sin esperar nada, sin retribución de ningún tipo, y solamente en cumplimiento del deber social. Allí empieza a crearse lo que después, por el avance de la técnica, por el avance de la producción y de las relaciones de producción, alcanzará un tipo más elevado, se convertirá en la necesidad social.
Si todos son capaces de unir la capacidad para transformarse internamente en cuanto a los estudios, ante la actitud frente a la nueva técnica, y al mismo tiempo la capacidad para rendir en su puesto de trabajo como vanguardia, avanzaremos. Y acostumbrarse a hacer del trabajo productivo, poco a poco, algo que dignifica tanto, que se convierte de momento, y a través del tiempo, en una necesidad, entonces serán automáticamente vanguardias, dirigentes de la Juventud , y no tendrán nunca que plantearse qué hacer. Harán simplemente lo que en un momento dado luzca lo más lógico. No tendrán que buscar qué es lo que a la juventud le va a gustar.
Ustedes serán auténticamente juventud y representación de lo más avanzado de la juventud. No tengan nunca miedo, los que son jóvenes, jóvenes de espíritu sobre todo, de preocuparse de qué es lo que hay que hacer para agradar. Simplemente hacer lo que sea necesario, lo que Iuzca lógico en un momento dado. Allí la juventud será dirigente.
Porque el socialismo ahora, en esta etapa de construcción del socialismo y el comunismo, no se ha hecho simplemente para tener nuestras fábricas brillantes, se están haciendo para el hombre integral, el hombre debe transformarse conjuntamente con la producción que avance, y no haríamos una tarea adecuada si solamente fuéramos productores de artículos, de materias primas, y no fuéramos a la vez productores de hombres.
Aquí está una de las tareas de la Juventud , impulsar, dirigir con el ejemplo la producción del hombre del mañana, y en esa producción y en esa dirección está incluida la producción propia, porque nadie es perfecto ni mucho menos, y todo el mundo debe ir mejorando sus cualidad mediante el trabajo, las relaciones humanas, el estudio profundo, las discusiones críticas, todo eso es lo que va transformando a la gente. [...]
Esas son las tareas, y lo fundamental es que la juventud comprenda dónde está situada, y cuál va a ser su tarea fundamental. Que no la jerarquice más allá de lo que deba, que no se considere el centro de todo el universo socialista, pero sí se analice un eslabón importante, muy importante, que es el eslabón que apunta al porvenir.
Discurso en la clausura del seminario "La juventud y la Revolución "